martes, 15 de agosto de 2023

TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD NARCISISTA. GENERALIDADES

  No todas las personas que exhiben ciertas conductas narcisistas padecen, y hacen padecer, un TPN. Algunas personas han podido tener contacto frecuente con algún TPN y han aprendido a reproducir ciertos comportamientos en determinadas circunstancias. Como ya se mencionó en la primera entrada al respecto, para que existan indicios veraces de encontrarse ante un TPN han de darse al menos cinco conductas habituales de un total de nueve posibles.

  El origen de dicho trastorno parece estar a lo largo del desarrollo del individuo en algún momento de su niñez. Pensemos en un niño que haya sido enviado por sus padres a un internado con una corta edad, por ejemplo. Es posible que ese niño crezca pensando que sus padres no le quieren y que le han enviado a que le eduquen entre extraños porque no deseaban tenerle cerca. O esos niños cuyos padres les ha impartido una educación muy estricta y gustaban de imponer severos castigos. O, simplemente, esos niños que se han tenido que quedar solos a una corta edad o al cuidado de algún familiar porque sus padres trabajaban y cuando llegaban a casa no pasaban tiempo con ellos por estar muy cansados o por tener que enfocarse en otras tareas. ¿Qué le pasa por su mente inmadura a un niño que anhela el cariño de sus padres y no lo recibe? Hoy en día se sabe que los niños sometidos al abandono y las niñas sometidas a malos tratos físicos tienen un desarrollo físico del encéfalo diferente al de otros niños y niñas que, afortunadamente, no se han visto sometidos a un alto nivel de estrés continuo. Sin llegar a estos casos más extremos, la falta de cariño de los padres tal vez no condicione el desarrollo del sistema nervioso de niñas y niños, pero sí parece ser un factor lo suficientemente importante como para alterar el desarrollo de su personalidad.

  Por expresarlo de un modo crudo, los TPN están vacíos por dentro; vacíos de autoestima, de amor propio. Sienten que les faltó el apoyo de sus padres y, en cierta medida, parecen culpar al resto del mundo por ello. Como si de un mecanismo de defensa se tratara, van creando a su alrededor un sistema de defensa como si fuera un caparazón. En el interior de dicho caparazón hay un gran vacío lleno de "ego". El ego de los TPN es grande como un globo aerostático, pero lleno de aire y su cabeza está llena de ideas de grandeza, de sueños en los que consigue grandes éxitos y ser el centro de atención. En el polo opuesto encontraríamos a personas con un ego pequeño pero con un gran peso específico, como una bola de acero; y una mente que mira al mundo y a sí mismo tal como es, sin fantasías absurdas, con un punto de vista realista.

  Los TPN, a menudo, sienten una gran necesidad de controlar a todo y todos a su alrededor. Por ello suelen desplegar una gran capacidad de manipulación. Aunque en apariencia inteligentes, sí es cierto que piensan mucho pero su astucia no es puesta al servicio de los demás sino que sus objetivos siempre son egoístas. Engreídos, arrogantes, prepotentes y soberbios, para ellos las relaciones humanas no son más que un juego en los que poner a prueba sus habilidades de influencia, condicionamiento y coacción, ya que ven a los demás como personas tontas y simplonas, que mantienen un "buenismo", una empatía, un respeto y una consideración por los demás que a ellos incluso les ofende. Y, cuando se ven expuestos, justifican su forma de ser afirmando que son como todo el mundo, pero ellos no son tan falsos y cínicos como para negar su naturaleza. Es decir, como reza el refrán: "Piensa el ladrón que todos son de su condición".

  Podría llegarse a concluir que los TPN son fáciles de encontrar en puestos con altas responsabilidades y poder como, jefes diversos, miembros de las FSA, políticos, etc.; sin embargo, como afirma Piñuel, podemos encontrar TPN e incluso psicópatas narcisistas en cualquier entorno, sin importar la profesión que desarrollen. Una pregunta importante sería: ¿Favorece nuestra sociedad y cultura el narcisismo? Pues en mi opinión y en la de otros psicólogos, la respuesta es que sí. Según parece, a las élites que dirigen el sistema les interesa que cada vez haya más narcisistas. Les interesa que haya más personas fácilmente manipulables, y es que, los TPN son manipuladores pero también fácilmente manipulables. ¿Cómo? De un modo muy sencillo. Los cumplidos, las lisonjas, los comentarios que vengan a hinchar su ego suenan a música celestial en los oídos de los narcisistas; por eso, quien sepa administrar, con cautela y periódicamente, una buena ración de palabras amables a un narcisista, le tendrá bailando en la palma de la mano.

  ¿Curación?, ¿recuperación? Pues no. Estamos hablando de una quimera, una utopía prácticamente. Los narcisistas no van a someterse voluntariamente a una terapia porque, en su mente trastornada, son los demás quienes necesitarían tal terapia. Los "locos" son los demás, comportándose como niños buenecitos, con toda su inteligencia emocional y esas zarandajas; empeñando sus vidas en conseguir estados emocionales cercanos a la felicidad, persiguiendo eso que llaman amor. En fin, los narcisistas se sienten orgullosos de ser cómo son; son felices jugando y controlando a los demás a través de su mayor debilidad, sus emociones. El miedo, la culpa, la vergüenza, la alegría, la tristeza. Observan a sus presas, estudian sus debilidades y cuando las perciben lo bastante vulnerables las hipnotizan con su capacidad de manipulación. ¿Las presas más apetecibles? Los PAS o Personas Altamente Sensibles. ¿Lo qué más odian? Ser expuestos, recibir críticas y que se les diga que NO. Cuando se juntan dos narcisistas, ¿entran en conflicto? No es lo habitual, se reconocen entre sí y mantienen las distancias, pero también pueden establecer una relación de cooperación en la que se "rascan la espalda" mutuamente.

  Consejo final: Si se tiene la mala suerte de encontrase con algún narcisista en la vida, lo mejor es poner distancia y tiempo de por medio. Y si no es posible, porque es un jefe o un familiar, mucha paciencia y aprender a tratar con él o ella a no ser que su nivel de toxicidad haga imposible la convivencia.

domingo, 13 de agosto de 2023

TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD NARCISISTA EN EL DEPORTE

 Siempre se ha dicho que el deporte es una escuela de valores. Y es cierto. Y si hay un valor transversal, común a todos los deportes, ese es, al menos desde de mi punto de vista, el respeto. Esto queda muy bien decirlo, pero a menudo las personas no entienden muy bien en qué consiste el respeto, en qué conductas se concreta. Para algunas personas, ser respetuoso se limita a no recurrir a la violencia para dirimir algún conflicto o no insultar a otras personas. Evidentemente dichas conductas entran dentro de lo que se considera tratar a los demás con respeto, pero el concepto va más allá y se traduce en otros comportamientos como: No manipular a los demás, no utilizar a los demás para conseguir objetivos personales, empatizar y contemplar como potencialmente válidos otros puntos de vista, ... Además, el respeto no sólo ha de ejercerse hacia otras personas, también ha de manifestarse hacia nosotros mismos, hacia las normas que rigen la práctica de los distintos deportes, etc..

  Como puede concluirse a través de los comportamientos habituales del narcisista, es cuestión de tiempo que una persona que padece un TPN genere situaciones de conflicto en el entorno del deporte, situaciones en las que se den distintas faltas de respeto. Si una persona narcisista no acepta las críticas como deportista, entrenador, directivo, etc., surgirá el conflicto; si una persona narcisista se aprovecha de los demás para conseguir sus propios fines, surgirá el conflicto; si se cree mejor que los demás; si no tiene empatía; si se cree merecedor de ciertos privilegios por ser quien es, si hace trampas para obtener un mejor resultado, etc., se producen faltas de respeto y, en consecuencia, situaciones de conflicto. Y aún peor que se produzcan dichas faltas de respeto es que otras personas las perdonen, las justifiquen, las pasen por alto, no quieran verlas, no quieran censurarlas ni aplicarlas una sanción. De este modo, el narcisista se hace fuerte, se incrementa y refuerza la idea de que es especial, grandioso, hecho de otra pasta, y que los demás le temen y no se atreven a corregirle.

  Algunos comportamientos habituales en personas que sufren un TPN dependiendo de su rol en el mundo del deporte pueden ser:

- Como deportistas, actúan como si con ellos "se hubiera roto el molde", es decir, son los mejores y punto, tanto cuando ganan como cuando pierden ya que seguramente habrá sido por cualquier motivo ajeno a ellos (el árbitro, las condiciones del campo, el rival ha hecho trampas, algún fallo del material, alguna molestia o lesión fingida, etc..). Exageran sus éxitos y callan sus fracasos. No respetan las normas; ellos están por encima de las normas que sí se aplican a los demás. No hacen caso a sus entrenadores, van por libre porque ellos saben más que nadie. Utilizan a otras personas en su provecho y critican a compañeros que hayan conseguido mejores marcas, más triunfos, ser convocados, etc.. Por una parte creen suscitar la envidia de otros pero lo cierto es que suelen ser ellos quienes envidian a los demás. No se ponen en el lugar de compañeros lesionados, o que no consiguen sus objetivos; al contrario, se alegran internamente del fracaso de los demás. Les gusta ser el centro de atención y buscan la admiración de otras personas.

- Como padres/madres de deportistas, los narcisistas se proyectan a través de la carrera deportiva de sus hijos/as y quieren que sean los mejores; y aunque no lo sean le dirán a todo el mundo que si los son. A través de sus hijos/as quieren ser vistos como padres modelo o incluso como entrenadores de estrellas del deporte. A menudo provocan el que sus hijos/as abandonen prematuramente la práctica deportiva porque les exigirán un sacrificio y disciplina a niveles que están por encima de la tolerancia de deportistas jóvenes. No les interesa tanto el que sus hijos/as disfruten con la práctica deportiva o que adquieran unos hábitos y valores saludables como que ganen siempre, sean triunfadores y puedan compartir sus éxitos con ellos. Los padres narcisistas no dudarán en utilizar a sus propios hijos para ganar prestigio, llamar la atención, presumir ante propios y extraños, y en arrogarse ser quien hace que su hijo/a obtenga éxitos. Con los fracasos la cosa cambia: ¿Lesión? Culpa del chaval, o del entrenador, o del fisio; ¿ha perdido? Otra vez, culpa del hijo, de su entrenador, etc..

- Como entrenadores/as, tratarán a sus deportistas sin respeto. Se aprovecharán de sus éxitos para aumentar su propio prestigio y llevarán a sus deportistas hasta los límites del agotamiento si es necesario para que aumente su participación y sus posibilidades de éxito sin importar el que los deportistas puedan quemarse. Las carreras deportivas pueden ser cortas; nunca se sabe cuándo puede producirse una lesión, por eso, algunos entrenadores/as sin escrúpulos no dudarán en dirigir de forma autocrática la carrera de sus deportistas, si es que creen que están en un buen momento de forma, para "exprimirles" al máximo antes que la edad o las lesiones les saquen de la élite de un deporte determinado. Los entrenadores narcisistas quieren suscitar la admiración de los demás y aquellos/as a quienes entrenan no son más que los "tontos útiles" que han de poner su sacrificio al servicio del prestigio y los éxitos del entrenador. Una vez más, se observa la falta de empatía, las ideas de grandiosidad, éxito y prestigio, el utilizar a los demás para la consecución de sus propios objetivos, etc..

- Como directivos y gestores de clubes, federaciones, etc., su comportamiento buscará no el bien de la entidad para la que trabaje sino su propio bien. Cuando ocupan un cargo con una mínima cuota de poder, una de sus primeras acciones es lograr que parezca que ellos son la entidad en la que son meros gestores. El club soy yo, la federación soy yo..., así consiguen creer y hacer creer que lo que es bueno para ellos es bueno para la entidad. Si se permiten meter la mano en la caja o beneficiarse de su cargo de cualquier manera, rápidamente lo justificarán asegurando que lo que él o ella hacen por la entidad no está pagado, que ahí está invirtiendo gran parte de su vida y que bien puede permitirse algún que otro capricho para compensar el equilibrio entre lo que hace y lo que obtiene. Los narcisistas afirmarán estar cansados de ocupar un cargo pero, qué curioso, no lo dejan hasta que perciben que sus abusos ya no son tolerados por una amplia mayoría de socios, jugadores, compañeros de directiva, etc.. Y es que, en realidad, disfrutan teniendo el control, pudiendo manipular, sintiéndose protagonistas de los éxitos de los deportistas, recibiendo atención, tal vez incluso elogios por su buena gestión.

domingo, 30 de julio de 2023

TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD NARCISISTA

 

  De acuerdo al DSM-III-R, el diagnóstico del trastorno de la personalidad narcisista pasa por tener al menos cinco de estas nueve características conductuales:

1.- El sujeto reacciona a las críticas con sentimientos de rabia, vergüenza o humillación (aunque no los exprese).

2.- Tiende a la explotación interpersonal; es decir, se aprovecha de los demás para conseguir sus propios fines.

3.- Posee un sentimiento grandioso de la propia importancia, por ejemplo, exagera sus logros y capacidades.

4.- Considera que sus problemas son únicos.

5.- Está preocupado por fantasías de éxito, poder, brillo, belleza o amor ideal ilimitados.

6.- Posee un sentimiento de "categoría" (de recibir un trato favorable).

7.- Pide atención y admiración constantes.

8.- Se preocupa por sentimientos de envidia.

9.- Falta de empatía.

  Según formuló Millon este trastorno, el sujeto muestra un patrón pasivo-independiente: No siente obligación de seguir las normas y reglas sociales, le falta empatía hacia los demás, y confía en sí mismo para afrontar sus necesidades (independencia), aunque también espera obtener los beneficios de la vida social compartida sin ningún gasto de esfuerzo personal (pasivo). Estos esperan que los demás reconozcan su importancia. Cuando este reconocimiento ocurre, es reforzante para el narcisista, aunque siente que dicho reconocimiento no requiere ningún logro o esfuerzo por su parte, y que viene dado por su especial estatus.

  Los narcisistas necesitan mucha atención y reclaman admiración. Este es un trastorno egosintónico, es decir, el sujeto se encuentra bien siendo como es, por ello, los narcisistas se resisten a participar en una terapia, ya que están convencidos de que están bien y de que si hay algo que no marcha correctamente no son ellos quienes necesitan ayuda sino los demás.

Términos relacionados con el TPN:

- CONTACTO CERO: O Regla de No Contacto, es un método utilizado a menudo y se recomienda a las víctimas del narcisista para alejarse de él o ella de una forma total. Es muy útil para recuperar el control real de la propia vida y para dejarle bien claro al narcisista que ya no vamos a permitir que nos manipule más. Hay que tener en cuenta que es más fácil de aplicar cuando se trata de alguien con quien no se convive; si él o la narcisista es un familiar directo, la cuestión es más complicada y será más conveniente aplicar la técnica de la Piedra Gris (ver explicación más adelante). Algunas acciones del contacto cero consisten en: Bloqueo de llamadas, evitar lugares comunes, no hablar del narcisista con amistades en común, cambiar el número de teléfono y el bloqueo en redes sociales. Aplicar esta técnica es difícil si la dependencia emocional hacia el narcisista todavía es intensa, ya que los intentos de "hoovering" (ver explicación más adelante) por su parte pueden hacernos recaer. ¿Cuánto debe durar la aplicación de esta técnica? No hay un plazo establecido, pero han de darse dos condiciones: Que no nos sintamos vulnerables ante la presencia del narcisista y que percibamos indicios de que éste ya no va a intentar molestarnos más porque considera que ya le hemos desenmascarado y no somos víctimas potenciales por más tiempo.

- PIEDRA GRIS: La estrategia de la piedra gris es de mucha utilidad para afrontar y manejar la hostilidad y toxicidad ajenas. Los narcisistas requieren de admiración y un respeto mal entendido; por ello, el retirarles la atención por completo y dejar de nutrir sus egos y necesidades es lo mejor que se puede hacer. Teniendo en cuenta que el origen del Trastorno de la Personalidad Narcisista nace en periodos críticos de la infancia en los que el sujeto siente no haber recibido el cariño necesario por tener unos padres ausentes o demasiado estrictos, algunas personas podrían empatizar con los narcisistas y "rendirse" a sus deseos, pero eso sería un grave error, ya que son depredadores emocionales que nunca se ven satisfechos de víctimas a las que manipular, controlar y llevar al límite de sus capacidades. Es como si los narcisistas culparan a todo el mundo por no haber tenido una infancia feliz, por no haberles rescatado de unos padres que no supieron quererles y permitirles crecer con la autoestima y amor propio suficientes.

  La estrategia de la piedra gris aparece entonces como una buena alternativa cuando haya que tratar con los narcisistas. Resultarles personas aburridas, que no interactúan, que se mantienen neutrales ante sus intentos de triangulación y de control, que marcan con determinación ciertas líneas rojas en la convivencia con los demás, que sólo mantienen interacciones breves y asertivas... La personalidad narcisista es imprevisible, caótica y demandante y, ante ello, debemos ser como piedras: fríos, distantes, callados, impasibles...

- MONOS VOLADORES: Los monos voladores son aquellas personas a quienes el narcisista utiliza y manipula para que sean quienes den la cara por él, haciendo que compartan su punto de vista y le digan a su víctima lo que ellos mismos no pueden o quieren decir personalmente. En el caso de que se les haya aplicado la técnica de contacto cero, es común que el narcisista se presente ante los monos voladores como la víctima, manipulándoles emocionalmente y convirtiendo a sus interlocutores en los "tontos útiles" que se unan a su causa y le digan a la víctima real lo mala persona que ha sido por retirarle la palabra, evitar el contacto con él, etc.. Este término se tomó de la película "El Mago de Oz" en la que el personaje de la Bruja del Oeste envía a sus monos voladores a cometer fechorías contra la protagonista y sus amigos. Para el narcisista los monos voladores son utilizados como meras "herramientas", seres manipulables que, por su nivel de empatía y sensibilidad, son utilizados para sus fines. En el fondo, para el narcisista, todo se trata de un juego en el que maneja a los demás a su antojo, lo cual viene a reforzar su idea de que él es más inteligente, mientras los demás son unos bobos bienintencionados incapaces de darse cuenta de sus argucias y juego sucio.

- HOOVERING: Intentos de recuperación de la relación. En el caso de que el TPN sea el miembro de una pareja, puede utilizar técnicas como el "bombardeo de amor" o incluso "actos de victimismo". A menudo utilizará la técnica de presionar por medio de familiares o amigos de la víctima, a quienes manipulará y utilizará como monos voladores para que transmitan la información que él o ella no pueden o quieren dar personalmente. Estos intentos de hoovering sólo se darán en el caso de que el narcisista piense que su víctima es recuperable. En el caso de que el narcisista se haya visto expuesto como tal por su víctima o haya encontrado otra víctima con más potencial de ser manipulada, cesarán los intentos de recuperación de la relación por su parte. El término hoovering procede del inglés americano y viene a significar "aspirar", "usar la aspiradora", "atraer", "succionar".

- TRIANGULACIÓN: La triangulación narcisista es un juego psicológico tóxico en el que hay tres partes involucradas. Dos de ellas están en conflicto y un tercero es convocado para apoyar a una de las partes. Se trata de una forma neurótica e infantil de manejar un conflicto. La triangulación narcisista es un concepto que hace referencia a las situaciones en las que una persona está en conflicto con otra y busca involucrar a un tercero para conseguir mayor respaldo y vencer la disputa. Se trata de un mecanismo neurótico, empleado con mayor frecuencia por quienes tienen rasgos marcadamente narcisistas.

 El mecanismo de triangulación narcisista es habitual en el marco de la familia. Con cierta frecuencia, sucede que el padre  o la madre buscan respaldo en sus hijos y tratan de ponerlos en contra del otro progenitor. También puede suceder que uno de los padres trate de involucrar a los hijos en los conflictos que tiene con la familia de su cónyuge. La triangulación puede darse en entornos de grupos no familiares pero bastante cerrados (en un grupo de trabajo, club deportivo, grupo de amigos,...).

 Por lo anterior, la triangulación narcisista se cataloga como una forma de maltrato psicológico, ya que supone la utilización de un tercero para fines personales, en función de dañar a alguien. Establece un juego tóxico en el que varias personas pueden terminar victimizadas.

 En la triangulación narcisista el objetivo es minar la capacidad de respuesta de la víctima. Devaluarla o descalificarla para que no tenga suficiente fortaleza como para enfrentar al agresor. El tercero es un “aliado” que contribuye, directa o indirectamente, a incrementar la vulnerabilidad de la víctima. Para lograrlo, hay tres tácticas que se emplean con frecuencia:

·        Comparación sesgada. De forma implícita o explícita se introduce la comparación con otra persona, con la ayuda de uno o varios terceros. Obviamente, la víctima siempre es menos inteligente, atractiva, interesante o lo que sea. El objetivo es minimizarla.

·   Reclutamiento. Es la triangulación narcisista típica. Tiene que ver con reclutar aliados que decididamente se pongan de lado del manipulador, de modo que en conjunto se posicionen en contra de la víctima y defiendan la misma versión de los hechos. Ver "MONOS VOLADORES".

·        Difamación. En este caso, abiertamente se hace uso del engaño. Se inventan o fuerzan situaciones para que la víctima aparezca como alguien indeseable, obteniendo el consiguiente rechazo por parte de los demás. Es la más tóxica de todas las tácticas.

 

- GASLIGHTING o HACER LUZ DE GAS: Se trata de un tipo concreto de maltrato psicológico o emocional en el que la víctima poco a poco va a creer que su realidad y lo que vive es mentira, falso y que esa distorsión que percibe es consecuencia de su memoria y/o de su propia mente. El maltratador/a ejerce abuso y manipulará a la víctima de manera muy sutil, poco a poco, hasta que la víctima dude de su realidad, de su percepción, de su juicio y de su criterio de forma sistemática, desestabilizando e interfiriendo gravemente su calidad de vida.

  Este término proviene de la obra de teatro británica Gas Light, de 1938, así como las adaptaciones al cine de 1940 y 1944. El argumento trata de un hombre que intenta convencer a su mujer de que está loca, manipulando pequeños objetos a su alrededor e insistiendo en que ella está equivocada o que padece lagunas de memoria. El término se viene usando desde la década de 1970 para describir los esfuerzos de un trastornado por manipular el sentido de realidad de una persona. Como puede comprobarse, el gaslighting consiste en llevar la manipulación hasta límites de máxima toxicidad y, como es lógico, sólo puede darse entre personas que pasan mucho tiempo juntas. Para encuentros casuales, el narcisista acostumbra a hacer algún comentario en torno a la ropa, el cuerpo o las costumbres de la víctima, que venga a menoscabar su autoestima y reduzca su capacidad de respuesta y defensa. También pueden hacer comentarios como "estás loco", "no te entiendo", etc..

 Hay varios psicólogos/as y terapeutas especializados/as en este trastorno. Yo recomiendo a los siguientes, cuyos vídeos se pueden ver en YouTube. Yo he puesto enlace de algunos ejemplos, pero si se hace una búsqueda por sus nombres se puede acceder a sus canales y a muchos vídeos diferentes.

- OMAR RUEDA   https://www.youtube.com/watch?v=ciFJf2g2tIQ&t=611s

- GEMMA ALBARRACÍN   https://www.youtube.com/watch?v=aGBJj3JqDEI

- IÑAKI PIÑUEL   https://www.youtube.com/watch?v=eGBTI7Pj0KQ&t=5442s

lunes, 22 de junio de 2020

De juicios y evaluaciones

  Hay experiencias que son en sí mismas un regalo que la vida te hace para que cambies el rumbo, para que te reafirmes en tus valores, para que espabiles y no te creas que todo el monte es orégano. Es todo un presente encontrarte en la vida con personas con un código de valores diferente al propio, contrario incluso pudiera decirse si contempláramos dichos valores como dicotomías absolutas o como extremos de un continuo.
  Juicio y evaluación. Juzgar y evaluar, pueden parecer lo mismo pero no lo son en absoluto. Yo no tengo miedo a ser evaluado. En una evaluación, evaluador y evaluado se someten a unas condiciones previamente establecidas y la evaluación arrojará un resultado acorde a unos baremos y una puntuación previamente pactada e informada.
 Los juicios son otra cosa. Y no me refiero a los juicios celebrados en juzgados sino a esos juicios que hacemos en nuestro día a día en las relaciones humanas que establecemos. Yo aquí quiero poner de relieve dos tipos de juicios: Los juicios de hechos y los juicios de valores e intenciones.
  Lo juicios de hechos implican dar fe de un hecho ocurrido físicamente, algo comprobable objetivamente, no importa quien lo juzgue porque cualquiera describiría el mismo suceso. Sin embargo los juicios de valores e intenciones son otro cantar. Para empezar diré que a mí me parecen una falta de respeto de manual. Y es que hay gente a quien le gusta y se sienten perfectamente legitimados para ejercer de fiscal, juez y verdugo sin ningún pudor. Toman un hecho objetivo y le añaden de su propia cosecha inferencias mejor o peor intencionadas acerca de los valores y las intenciones que han podido llevar a una persona a comportarse de un modo determinado. Dichas inferencias se hacen sin un interrogatorio previo, pero si se diera tal sucesión de preguntas, estas serían malintencionadas y tendenciosas. Ya tenemos las condiciones para acusar a alguien de ser esto o lo otro, más tarde llegará la sentencia y el castigo.
  Todas y todos hemos caído en la tentación de hacer tales juicios y no es muy grave el caso cuando las conclusiones de tales juicios quedan en el ámbito de lo individual, cuando no se comparten con otras personas. Pero cuando se comparten, cuando uno se recrea en el proceso del juicio, cuando lo utiliza para la estigmatización, para el descrédito, para la venganza, para elegir un chivo expiatorio, para señalar y decir "mirad, ese no es como nosotros; expulsémosle del grupo; no le habléis", cuando hacer este tipo de juicios se convierte en norma habitual en la vida de una persona...estamos ante un verdadero malsín, o malsina; términos con una interesante etimología, por cierto.
  A este juego podemos jugar todos y, tras este tipo de comportamiento, yo atribuiría a quien tiene estas faltas de respeto por costumbre ciertas características asumibles tras observar su comportamiento:
- Arrogancia: Se arrogan una superioridad o autoridad moral que no les corresponde, así como un conocimiento de la naturaleza humana y/o de individuos concretos que tampoco les corresponde.
- Autoritarismo: Conecta con lo anterior. Ostentan una autoridad moral que no se otorgan sino ellos mismos sin ninguna base sólida ni demostrable.
- Despotismo: Incluso dirán que se comportan como lo hacen por el bien de aquel a quien juzgan, para que cambie su actitud y no verse así juzgado en lo sucesivo.
- Ego: Quien juzga suele tener inseguridades, temores, necesidad enfermiza de control. Su ego es débil e inestable, por ello tratará de apuntalarlo y magnificarlo ante sí mismo y ante los demás. Egoísmo, egolatría y egocentrismo le son atribuibles.
- Engreimiento: Ensoberbecimiento, endiosamiento, altanería, altivez, arrogancia, jactancia, presunción, fanfarronería, chulería, soberbia...
- Manipulación: Todos influimos en todos, pero recurrir al condicionamiento más o menos explícito e incluso a la coacción suele ser una estrategia recurrente en aquellos que pretender dirigir el comportamiento de otras personas. Es común manipular a miembros de un grupo afectando su sentido de pertenencia al grupo en cuestión.
- Mezquindad: Ruindad, hipocresía. Catadura moral de quien hace daño a otras personas sin hacerse responsable o de quien es un creído en el éxito.
- Prepotencia: Ejercicio del poder o autoridad, aunque sean auto-impuestos, para obtener un beneficio o para ostentarlo. Los pobres de espíritu sucumben más pronto que tarde a la prepotencia por pequeña que sea su cuota de poder.
- Soberbia: Se atribuye a quien se cree superior a los demás, dándoles un trato frío y distante. Acompaña con frecuencia a la prepotencia, arrogancia, etc...
  En definitiva, a mi me encantaría poder atribuir a dichos personajes una psicopatología en concreto, pero lo cierto es que no son "enfermos", sólo son individuos con una serie de sesgos en el pensamiento fruto de temores anidados en el subconsciente y de una actividad mental con poco gusto por el esfuerzo.

miércoles, 12 de abril de 2017

AGRADECIMIENTOS

 Es de bien nacido el ser agradecido, por ello, quiero dar las gracias a aquellas personas que te encuentras por la vida y que, con su ejemplo, te van mostrando el camino a seguir. Y si importantes son aquellos que suponen un ejemplo en positivo y a quien queremos parecernos, no lo son menos quienes son un ejemplo en negativo y nos muestran claramente qué comportamiento queremos evitar. Tales individuos abundan por doquier, el neoliberalismo galopante que campa a sus anchas en los países occidentales genera constantemente sujetos sin entrañas, conciencia, ni humanidad, capaces de vender su alma por un puñado de euros, poder, influencia…Son aprendices de psicópatas con un cierto carisma y bastante capacidad para manipular a los pobrecillos bienintencionados, esos “tontos” que se creyeron la principal lección de sus padres y/o educadores: Ser buena persona.

 A mi me dicen que tengo pinta de buenazo. No sé, me gusta pensar que lo que llevas por dentro se transmite al exterior. Pero, no lo voy a negar, las malas ideas también se me pasan por la cabeza, lo bueno es que trato de reconocerlas y anularlas, porque aquí me surgen algunas preguntas: ¿La buena gente nace o se hace?, ¿el bueno lo es porque no sabe ser de otra manera o porque en cada decisión que ha de tomar elige el camino de la bondad?, ¿se pueden hacer cosas malas tratando de ser bueno? y, ¿se pueden hacer cosas buenas tratando de hacer el mal?

 Retomando el planteamiento inicial, quiero dar mi más sincero agradecimiento a quienes me muestran el camino que NO he de seguir, que NO quiero seguir. Según parece los humanos tenemos dos formas de procesamiento de la información que manejamos, venga del exterior o del interior; una forma es automática, rápida, inconsciente, no consume apenas tiempo ni energía, la otra es elaborada, consciente, precisa de tiempo y energía mental. Si la respuesta al procesamiento que hacemos de la información en forma automática nos induce al egoísmo, al aprovechamiento propio, a no pensar en los demás, a no empatizar en absoluto, a perjudicar incluso a otros, parece ser que no nos convierte en malas personas, ya que estas respuestas automáticas son el resultado de siglos y siglos de evolución como especie en la que el objetivo fundamental es la adaptación a un mundo con recursos limitados para conseguir la supervivencia. Ahora bien, si somos tan obtusos y enajenados como para dejarnos llevar por esta primera respuesta instintiva y “animal”, o si, tras concedernos un tiempo para el razonamiento y la comprensión, seguimos optando por la misma, entonces si que somos malos de verdad. Un argumento esgrimido por quienes se dejan llevar por las primeras sensaciones y/o construyen sus razonamientos a partir de las mismas, es que dicen ser más naturales y que son más ellos mismos. Pero, ¿significa esto que quien se guíe por conclusiones fruto de una reflexión serena y analítica es menos natural, o que trata de ser quien no es realmente?.

 Son conocidas las expresiones que vienen a tratar de justificar comportamientos injustificables: “Si no lo hacía yo, otro lo hubiera hecho”, “o te adaptas o te pasan por encima”, “tu hubieras hecho lo mismo en mi lugar”, “la vida es así, es un mundo difícil, eres depredador o te comen”, “hay que ser listo…”, etc., etc.. Los rasgos de la personalidad de la mala gente también son conocidos: Un ego desmesurado (tal vez enorme ante los demás pero por disimular una evidente falta de autoestima y/o complejos ocultos) y sus defectos asociados: egoísmo, egocentrismo, egolatría. Una arrogancia más o menos oculta y que se manifiesta en una auto-imputada autoridad o prestigio. Un despotismo exacerbado en sus acciones. Una prepotencia carente de todo respeto hacia los demás. Una soberbia que aflora cuando se les planta cara o no les salen bien los planes, etc..
 Sus “armas” también son bien conocidas: La sonrisa falsa, tratando de generar confianza y cercanía para que los demás bajen sus defensas. El chisme, el bulo, el rumor, a espaldas de quien se quiere perjudicar o condicionar. La falsedad y la doble moral a la hora de criticar en otros lo mismo que se puede aplicar a ellos. El uso de el halago, el cumplido y la alabanza para ganarse a alguien…aunque luego se le machaque por detrás. Presentar como verdad absoluta su propia opinión. Asumir el papel de autoridad moral y demonizar a todo aquel que ose oponerse a su manipulación, etc., etc...

 Sinceramente, creo que este tipo de personas son totalmente prescindibles, pero ya que están ahí y hay que convivir con ellos, “utilicémoslos” para aprender qué es lo peor que puede ofrecer el ser humano, para aprender que tenemos alternativas, que podemos NO ser cómo ellos, que hemos de tomar la decisión de NO comportarnos como ellos; “usémoslos” para diferenciarnos de ellos y tomarlos cómo modelo de en qué NO queremos convertirnos, quién NO queremos ser. Démonos la oportunidad de disfrutar del silencio, reflexionemos, hagamos un análisis objetivo de nosotros mismos, eliminemos el ruido de nuestra mente y si, después de tal proceso, nos reconocemos como razonablemente buenas personas entonces alegrémonos e iniciemos una lucha firme pero pacífica contra aquellos sujetos que parasitan la vida de otros, individuos que, en el fondo, merecen lástima en vez de rencor. Si a pesar de mostrarles sus errores siguen empecinados en sus posturas y conductas entonces no merecen más que desprecio y que no les dediquemos ni un segundo más de aquello más preciado que tenemos: Tiempo.

lunes, 15 de agosto de 2016

EVOLUCIÓN

  Hace aproximadamente un año se abrió para mí un periodo de reflexión, de revelación, un cambio; en definitiva, un tiempo de evolución. Cambié el chip respecto a algunas cosas. Por ejemplo, me replanteé el tiempo de mi vida que pasaba sentado en el asiento de cualquier tipo de vehículo en viajes de ida y vuelta a carreras de orientación. No me arrepiento de nada en este sentido, pero ahora se me antoja excesivo el tiempo necesario que se invierte en acudir a algunas carreras que no me aportan nada (planos con poco contenido técnico, planos repetidos y que no suponen un reto o desafío real, planos urbanos o pruebas de sprint en las que realmente no disfrutaba practicando la orientación,…).Es tiempo de identificar lo que me gusta y lo cierto es que mi prueba favorita es la clásica, o como mucho la media. Sprints, algunas urbanas, los he corrido, pero no me entusiasman. Por mi trabajo, no puedo ir a muchas carreras a las que me gustaría acudir, pero tampoco es cuestión de ir a otras sólo porque si puedo, cuando no me dicen nada. Mi bagaje de carreras y terrenos visitados es amplio y, aunque creo que es mucho más lo que me falta por conocer, el hacerlo puede implicar largos desplazamientos.

   Otro tema que no veo igual es el tiempo necesario para afrontar un proyecto de cartografía. He disfrutado bastante pasando muchas horas haciendo trabajo de campo y algo menos digitalizando el trabajo delante de la pantalla de un ordenador. Insisto, no me arrepiento del trabajo realizado y el tiempo invertido, pero a día de hoy se me antojan excesivas las horas necesarias para realizar un plano. Lo mismo puedo decir acerca de la organización de carreras; hoy me parece un trabajo cada vez menos estimulante y con el que ya no disfruto como lo hacía hace tiempo. ¿Puede decirse que mi compromiso por el desarrollo y asentamiento de la orientación ha descendido? Puede que sí, o simplemente he decidido que ya he dedicado a esto demasiado tiempo y que es algo que ya no va conmigo. Digamos que la orientación ocupaba un nivel de prioridad alto en mi vida y ahora ese nivel es menor y ha sido sustituido por otras actividades; porque, aunque no lo pareciera, siempre he tenido otras inquietudes y aficiones al margen de la orientación.

   Estos cambios no implican un abandono de la orientación, pienso seguir practicándola, pero con menos frecuencia y ya no dedicar tiempo a actividades paralelas (cartografía, organización de pruebas, etc..). La carrera de orientación me parece un estupendo modo de vivir la naturaleza, pero no es el único ni mucho menos, hay muchas actividades deportivas que también se desarrollan en plena naturaleza (senderismo, bici de montaña, etc..). ¿Existe algún otro factor que haya propiciado este “empujón” evolutivo? Sin duda. Primero, el tener otras actividades y ocupaciones que vienen a rellenar el tiempo que dedicaba a la orientación, y por otro lado, la degradación del entorno humano en el que venía moviéndome y que me ha llevado a sentir un profundo sentimiento de decepción hacia algunas personas que fueron influyentes para mi en otro tiempo. Aun recuerdo gratamente los tiempos en los que formábamos un grupo en cualquier carrera sin importar la edad, la procedencia, el club, el nivel físico o técnico. Sólo éramos gente con una afición en común y ganas de pasarlo bien; todos diferentes, pero todos iguales, nadie representaba el papel de un líder que no se necesitaba, nadie ostentaba una autoridad hacia los demás. Hoy en día, esa situación ha cambiado para peor.


   Es este un tema delicado ya que entramos en el terreno de los puntos de vista particulares y cada uno ve las cosas a su manera, pero cualquiera puede entender que se quiera evitar un entorno en el cual hay un puñado de personas que han llegado a la conclusión de que no soy merecedor de su respeto y de que no les gusta cómo gestiono mi vida. Tal vez por una confianza mal entendida y que no se dan cuenta que han perdido, estas personas me juzgan y critican, se permiten el lujo de meterse en mi vida para analizar malintencionadamente cada pequeño detalle, llegando incluso a contarme los cuartos y a decirme lo que tengo o lo que no tengo que hacer, a decirme en qué o en qué no debo gastarme el dinero. Increíble, pero cierto. Tengo muy claro lo que quiero en mi vida y lo que no estoy dispuesto a soportar y, por supuesto, no voy a tolerar la manipulación, el condicionamiento más o menos explícito ni la coacción directa y verme sometido al juicio y crítica de personas tóxicas que, desde mi punto de vista, son injustas e irrespetuosas. Podría alargarme mucho con este tema pero no creo que merezca la pena dedicar más tiempo a esta cuestión. Sólo puedo decir que a pesar de haber PERDIDO, por ejemplo, un contacto más frecuente con muchas otras personas con quienes tenía una buena relación, sin embargo, en mi interior, la sensación es la de haber GANADO, ganado en tranquilidad, en confianza y en coherencia conmigo mismo. A aquellos con los que me llevé y llevo bien decirles que sigo ahí y que pueden contactar conmigo cuando quieran y a los otros que les vaya bien, pero lejos de mí.

miércoles, 14 de enero de 2015

VENLA & JUKOLA. Curiosidades

   La primera curiosidad acerca de esta entrada es que, a pesar de ser la primera del 2015, trata acerca de una competición que se disputa siempre a mediados de junio. Muchos participantes en carreras de orientación saben que los relevos Venla & Jukola son la prueba de relevos de orientación a pie más conocida y popular en toda Europa y probablemente en todo el mundo. Es la competición “insignia” de la orientación finlandesa. La salida del relevo masculino (Jukola) supone un pico de audiencia en la televisión finlandesa año tras año. Los grandes equipos nórdicos y de otros países vecinos (Rusia, Estonia, Dinamarca, Letonia,…) preparan esta competición a conciencia porque es uno de esos grandes desafíos que merece la pena afrontar con lo mejor que cada uno puede dar de sí. Desde luego las cifras del relevo son impresionantes en cuanto a participantes y en cuanto a todo lo que mueve alrededor. Si para todo orientador acudir al O-Ringen puede ser equivalente a que un musulmán acuda a La Meca, el acudir al Venla & Jukola puede equivaler a que un musulmán se desplace a Medina, la otra ciudad santa de su religión.

   Mientras que el Venla, relevo reservado para las mujeres, discurre a plena luz del día en su totalidad, el Jukola, se disputa cuando la luz del día comienza a perder intensidad, sin embargo, no todas las postas corren en la oscuridad sino que, como en Finlandia las noches de junio son muy cortas, algunas no precisan del uso de lámparas frontales para poder correr y ver bien el plano. Aparte de estas generalidades que muchos pueden conocer, hay otros datos que no son tan relevantes, pero todo tiene un origen y una explicación. ¿Qué significan los términos Venla y Jukola? ¿Por qué los equipos del Jukola son de siete corredores? ¿Qué relación tiene esta competición con la identidad y la idiosincrasia finlandesas?

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   En el año 1870 nace la “literatura” en finlandés con la publicación de una novela titulada “Los sietes hermanos” (Seitsemän valjestä). Su autor fue Alexis Stenvall, si bien firmaba con el pseudónimo Aleksis Kivi. Alexis nació en 1834 en una aldea al Norte de Helsinki. Su padre era sastre y su madre ama de casa. Alexis no destacó como estudiante y, al igual que otros artistas, falleció presa del hambre, la miseria y finalmente, la locura. En 1872, año de su fallecimiento, la lengua finlandesa aún luchaba por emanciparse de la sueca, que seguía siendo la “culta” y “oficial”. El libro, en resumen, cuenta la historia de siete hermanos (por eso los equipos masculinos tienen siete componentes) quienes, sin más familia en el mundo, tratan de hallar su lugar en éste. Heredan de sus padres la granja de Jukola (que da nombre a la competición) y mantienen durante años una lucha interna por llevar una vida o bien más despreocupada relacionada con el bosque, o bien más laboriosa relacionada con el duro trabajo de vivir de la agricultura y la ganadería. En el libro se narran sus reyertas con los jóvenes de las aldeas cercanas, con la obligación de aprender a leer y escribir, con el alcohol, etc. A su vez son muchas las leyendas y cuentos populares finlandeses de se incluyen y que ayudan a que los lectores tomen conciencia de la identidad propia de un pueblo dominado ora por el imperio sueco ora por el ruso.

   En el libro hay un pasaje en el que los hermanos Juhani, Tuomas, Aapo, Simeoni, Timo, Lauri y Eero se ven obligados a correr desde su nuevo hogar en el bosque hasta la granja natal de Jukola. Tal aventura no les sucede a mediados de junio sino la misma noche de Navidad y la prisa no es por un motivo competitivo sino porque son acosados por una manada de lobos hambrientos. Pero esta es sólo una de las muchas aventuras que les ocurren y que invito a conocer con la lectura de un libro que se deja leer muy fácilmente.

   ¡Ah! Que, ¿de dónde viene el nombre de Venla? Venla es una joven vecina de la granja de Jukola, hija de la Vieja del Pinar, y a la que pretenden todos los hermanos, aunque finalmente es el mayor, Juhani, el que contrae matrimonio con ella. En el libro se la describe como: “La muchacha goza fama de ser hermosa: sus cabellos son del color de la herrumbre, sus ojos vivaces y penetrantes y su boca graciosa, aunque quizá un poco alargada. Es pequeña, regordeta, prieta de carnes, y se dice que muy fuerte. Tal es la encantadora palomita de los hermanos, revoloteando en el pinar”.

   Si a alguien le interesa esta historia le recomiendo la lectura del libro “Los siete hermanos” de Aleksis Kivi. Y aquí dejo un par de enlaces curiosos de dos canciones compuestas con ocasión de algunas ediciones de los relevos Venla & Jukola:  

https://www.youtube.com/watch?v=xdNrJoN4_wI

https://www.youtube.com/watch?v=adNaBqydIr8